Vivo enamorada de tu voz al ritmo de Hey There Delilah. De mi regalo de cumpleaños y del de navidad. Vivo pensando que es mejor un corazón roto que haya vivido que uno entero sin rasguños. Porque por eso es bonito, por los daños colaterales que pueda ocasionarte el haber hecho locuras. Suena a tópico pero por los buenos momentos vale la pena. Porque cuando pase el tiempo recordarás lo mucho que te costó borrar toda la mierda de tu mente, pero también pensarás las miles de veces más que te tirarías al vacío por un par de tardes más con su sonrisa.
Pero ahora, tras muchos más días separados de los que nunca pensé que estarías, aún duele. Es gracioso, suena a masoquismo pero me gusta que siga haciéndolo. En cierto modo es la única manera que me queda de saber que aunque no fue eterno fue cierto. Que aunque quizás ya nada vuelva a ser igual, un día viviste más por mi sonrisa que por la tuya.
Os dejo un intento de texto de hace varios días. Últimamente escribo demasiado gracias a las dos horas diarias que gasto en ir y volver a clase, pero la verdad es que muy pocos acaban convenciéndome. Las fotos son de este fin de semana, la chica con la que aparezco es una de mis mejores amigas. La conocí hace dos veranos cuando fui a California y aunque no nos vemos todo lo que queremos, siempre que lo hacemos es como si no hubiese pasado nada de tiempo desde la última vez que lo hicimos. Tengo bastantes fotos, o lo que es lo mismo, unas cuantas entradas con fotos de ese día. Muac
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